¡A LOS MAESTROS TODO NUESTRO CARIÑO!

Porque conduces y forjas las dóciles mentes desde la más tierna infancia hasta las edades más adultas.

Porque tu ejemplo y dedicación manifiesta el don que Dios ha depositado en tí.

Porque ayer como hoy tu servicio y entrega encierran un misterio que logra transpasar las fronteras de lo humanamente comprensible.

Porque con humildad subordinas tus enseñanzas a Aquel que es el instructor por excelencia.

Te pedimos que nunca decaigas en tu ánimo por enseñar con valores, y con el compromiso de que con tu ejemplo y sabios consejos se preparen los hombres del futuro que tendrán una participación activa en la sociedad. Estos hombres que si son guiados sabiamente formarán un mundo más humano, más justo y solidario.