Llega el verano, finalizan las clases y nuestro cuerpo exige un merecido descanso. Es en este momento que la mayoría comienza su plan para disfrutar de unas maravillosas vacaciones, solo que en la mayoría de los casos resultan estresantes y el final frustrante, ya que no se tuvo la planeación adecuada.
Para evitar sufrir unas vacaciones, en lugar de disfrutarlas y relajarse, se deben tener presentes dos elementos indispensables: La planeación y el presupuesto con el que se cuenta.
Es necesarios tener una idea clara de que es lo que queremos como vacaciones y el presupuesto con el que contamos para que sean realmente unas vacaciones bien merecidas.
Posiblemente se presente el caso en el que en el trabajo se adelanten algunos sueldos y es en donde empieza todo un calvario ya que el tener dinero junto es toda una tentació a la vista que se traduce en la compra compulsiva de lo agradable a nuestros ojos y a nuestros sentidos; es decir, ropa, perfumes, comida, artículos para la casa, compra de seguros, inversiones varias, etc.
Si previamente no existe una planeación objetiva de lo que queremos y de nuestro presupuesto, seguramente acabaremos haciendo uso del típico recurso actual de la tarjeta de crédito, préstamos a casas de empeño, etc.
Hay que ser conciente que de nuestra buena planeación depende la tranquilidad con la que tomemos el siguiente ciclo escolar.
Qué trabajo cuesta regresar, más cuando han sido unas buenas vacaciones, pero sin lugar a dudas, haber mantenido el control sobre los gastos y respetado nuestro presupuesto, será siempre el mejor motivo para recordar. ¡Felices vacaciones!
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