DESEOS
DE FELICIDAD
En los primeros días del año
es común al encontrarnos con familiares, amigos, vecinos o conocidos, hacer
expresiones de buenos deseos, desearse felicidad y bendiciones, tener un
acercamiento más intimo con las personas, pues es básico un abrazo o incluso
saludos de beso. Se ve a las personas con mucho ánimo, con ideas y pensamientos
positivos.
Es común incluso en estos
días, que en las casas se resisten muchos a quitar el nacimiento, las luces de
navidad, el arbolito y los adornos navideños. Tal vez asociamos muy bien todas
las cosas (adornos, objetos, regalos, etc.) y eventos (posadas, cenas,
reuniones, etc.) que envuelve la temporada de navidad con alegría, felicidad y buen
ánimo y no queremos que se acabe.
Todo ello es muy bueno, esperamos
que las familias, comunidades y grupos lo sigamos haciendo, para así seguir transmitiéndonos a las generaciones futuras.
Lo que nos debe dejar la celebración
de la navidad, es una felicidad y alegría que nos dure al menos para todo el
año (y así para toda la vida). Eso lo lograremos si efectivamente abrimos
nuestro corazón para que la presencia de Jesús y su Santo Espíritu habite en
nuestra vida. Entonces descubriremos que la felicidad y el amor son parte de nosotros y ya no tendremos
motivos para estar y sentirnos tristes,
solos o alejados, pues hemos encontrado la felicidad verdadera, es decir hemos
encontrado a Dios. Con ello seremos buenos ciudadanos del reino (de justicia,
paz y amor) para nuestro mundo.
Te deseamos que en verdad la
felicidad habite en ti.
Saludos
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