Vivir la semana santa es vivir la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo a través de la reconciliación, la eucaristía, la oración, ayuno de todo tipo de aspectos que ensucian nuestra alma.
Pero también, vivir la Semana Santa, es aceptar decididamente que Jesús está presente en cada ser humano que convive y se cruza con nosotros.
Semana Santa, es la gran oportunidad para detenernos un poco. Para pensar en serio. Para preguntarse en qué se está gastando nuestra vida. Para darle un rumbo nuevo al trabajo y a la vida de cada día. Para abrirle el corazón a Dios, que sigue esperando. Para abrirle el corazón a los hermanos, especialmente a los más necesitados a través de acciones concretas que tu puedes hacer fácilmente: desde visitar a un enfermo, saludar con alegría, prestar tu tiempo para escuchar los problemas de otros, visitar a personas pobres de tu comunidad y extenderles tu ayuda.
S@ludos
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