
Hay muchas empresas que tienen esta distinción, seguramente ha escuchado que muchas marcas famosas tienen acuñado este término y lo promocionan orgullosamente en sus anuncios comerciales. La idea de estas distinciones surgió de la A.C Centro Mexicano para la Filantropía (CEMEFI) y cada año son más empresas las que reciben el mérito por su contribución al cuidado y responsabilidad social.
A pesar de lo bueno que pudiera parecer, hay voces críticas que han surgido de la sociedad civil y de la academia ante las diversas iniciativas que certifican las empresas; refiere la revista ISTMO "Liderazgo con valores" que el escuchar las críticas y atenderlas en lo posible, es la mejor forma de impulsar esta tendencia con un enfoque constructivo.
Por otro lado para algunos autores (Klein, 2000; Perdiguero, 2003; Arrieta y de la Cruz Ayuso, 2005, Castro, 2010), el sector empresarial, sobre todo para las grandes corporaciones, usan este distintivo como una estrategia de proyección de la imagen corporativa, como una forma de gestión que se ha puesto de moda e incluso como una ventaja competitiva que favorece la rentabilidad económica.También como una forma de legitimar ciertas acciones y ocultar el lado oscuro de las marcas, del cual los medios masivos en su mayoría no denuncian y que se manifiesta en condiciones precarias o infrahumanas de trabajo, desempleo, bajos salarios, competencia desleal, devastaciones ecológicas. En consecuencia, hay voces que sugieren que la Responsabilidad social empresarial (RSE) no se toma como un compromiso moral, sino como un recurso mediático a través del cual las mismas cobran mayor credibilidad frente a la opinión pública. Castro concluye en su artículo que el objetivo principal que muchas empresas persiguen con tal distinción es la manipulación simbólica de las audiencias. Hay una lógica de engrandecer el culto a la empresas, sobre todo a las grandes corporaciones, las cuales contradictoriamente a lo que profesan sus discursos mercadológicos, han minado el desarrollo económico y social en países desarrollados y subdesarrollados.
Como cristianos sabemos que nuestro deber principal es con Dios y con el prójimo, por lo tanto las políticas que emerjan de las causas deben tener como primera intención el bienestar humano en su aspecto integral antes que cualquier otro interés; la doctrina social de la iglesia señala en el numeral 338 que la empresa debe caracterizarse por la capacidad de servir al bien común de la sociedad mediante la producción de bienes y servicios útiles. En esta producción de bienes y servicios con una lógica de eficiencia y de satisfacción de los intereses de los diversos sujetos implicados, la empresa crea riqueza para toda la sociedad: no sólo para los propietarios, sino también para los demás sujetos interesados en su actividad.

Saludos!!!!
Checa el video siguiente que habla de la economía y el mundo de los negocios vistos desde la Carta Encíclica Caritatis in Veritate, y un documental en la barra de videos acerca de la empresa.
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