LA LIBERTAD HUMANA
Actualmente existe una concientización particularmente viva
sobre la libertad. Algunos hombres y mujeres de hoy, tienen una conciencia cada
vez mayor de la dignidad de la persona humana, lo cual ha dado la posibilidad de
que actúen según su propio criterio y tengan participación activa y justa en
todos los ámbitos de la vida y la sociedad. Eso es sano, y refresca el ambiente
de condicionamiento, exclusión e injusticia que son algunos de los anti valores
que sobrevienen de la falta del reconocimiento de la libertad humana; sin
embargo, tenemos que estar muy atentos cuando se exalta la libertad hasta el
extremo de considerarla como un absoluto. Ahí tenemos cómo muchos hombres y
mujeres, gobiernos y naciones, han caído
presas de estas corrientes del pensamiento.
Si nos referimos al actuar concreto
de una persona que exalta en demasía sus libertades, podremos decir que puede
perder la noción de lo que es “bueno” y lo que es “malo” y caer en consecuencia
en el terreno de lo inmoral. Esto denota claramente que la libertad humana está
sujeta a un bien mayor y superior que es
la fuente de todos los valores: DIOS, como lo aclara la Teología moral.
Así que,
si la libertad no es un absoluto y está supeditada al verdadero ABSOLUTO,
tenemos que actuar respetando los derechos de otras personas, y cuidando de que
nuestra libertad no vaya en contra de otros valores igualmente importantes que
emanan de Dios mismo: justicia, solidaridad y paz.
Antes de decir que tu libertad te da derecho a… piensa si la acción que va a derivar del uso de tu libertad traerá armonía y felicidad a otros para lograr un BIEN COMÚN. Si lo anterior es afirmativo, quiere decir que estás ejerciendo responsablemente tu libertad.
Saludos
De la editorial:
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