Según informes de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), se ha llevado ayuda humanitaria a 420 mil familias, en 2 mil 300 comunidades, donde viven 2.5 millones de personas que sufren de sed o hambre en el país a consecuencia de la sequía. Esta sequía es la más intensa que ha vivido el país en los últimos 71 años. Tan solo en la Sierra Tarahumara a partir de esta semana, se distribuyen ya 36 mil paquetes alimentarios semanalmente entre la población indígena, de 15 municipios chihuahuenses.
Lo anterior es alarmante en términos de que la población indígena continúa siendo la más vulnerable a los cambios climatológicos, sequías, escasez de alimentos, entre otros. El apoyo humanitario es bueno, pero no lo único en lo cual debemos hacer énfasis.
Los titulares de los diarios informan continuamente de los grandes apoyos que el gobierno ofrece a las comunidades marginadas, sin embargo, no se denuncia abiertamente que la causa del atraso de esos pueblos son las estructuras gubernamentales que bloquean el apoyo, la justicia y la igualdad para con los pueblos indios.
Entonces, no nos conformemos con pensar que la ayuda para con nuestros hermanos indígenas es suficiente, pues no es sufiente con darles una limosna a ellos que son los herederos naturales de todas las riquezas que prodiga nuestro País. Seamos solidarios en la causa por la justicia y el respeto de los derechos de los indígenas, y exijamos a nuestro gobierno que genere estructuras solidarias cuyo principio básico sea lograr un bienestar común, y no sólo enriquecer a unos cuantos.
Saludos
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