CUARESMA
La cuaresma es un tiempo de preparación y penitencia
para celebrar la Pascua; y este período inicia el miércoles de ceniza. El
acercarse a recibir la ceniza debe ser signo de que se está dispuesto a
aprovechar este tiempo de conversión.
La conversión personal es muy importante, pero no se
puede quedar sólo en un cambio individual sino que tiene que llevar a
transformar la sociedad. Porque no podemos seguir pensando únicamente en
nuestra salvación sino en la salvación de todo el Pueblo de Dios.
La conversión personal es necesaria para que ya no
separemos fe y vida. Y el cambio de la sociedad es urgente porque nuestro país
está pasando por graves problemas como son: pobreza, violencia, corrupción,
impunidad, deterioro del medio ambiente, etc.; y esto va en contra del proyecto
de Dios.
La Iglesia nos invita, en este tiempo, a
intensificar: la limosna, la oración y el ayuno. La solidaridad con los más
necesitados es expresión del principal mandamiento de los cristianos, que es el
amor. Asimismo, no será posible vivir la fraternidad sin estar suficientemente
unidos al Señor. Y no nos uniremos a Cristo y a nuestros hermanos si no
renunciamos a nosotros mismos y compartimos nuestro pan con quienes lo
necesitan.
Por
eso, en este tiempo de cuaresma, hagamos una evaluación de nuestra vida, a la
luz de la Palabra de Dios: apuntalemos lo bueno que estamos haciendo,
corrijamos nuestros errores y veamos qué más nos está pidiendo el Señor, a
nivel personal y a nivel social, en estos momentos que nos ha tocado vivir.
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